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Highlights

  • España está llena de etnias malditas, pueblos residuales que siempre fueron mal aceptados y han logrado sobrevivir endogámicamente al secular aislamiento social. No se trata sólo de los gitanos, también podemos incluir a maragatos, agotes, quinquis, pasiegos… y ‘vaqueiros de alzada’. (View Highlight)
  • En un reciente viaje a Somiedo tuve la oportunidad de conocer de cerca a estos últimos de la mano de Gloria Lana, una bióloga reconvertida en guía de montaña, que me condujo por el laberinto de senderos que unen las brañas en unas jornadas memorables. Los vaqueiros constituyen una etnia -algunos dicen cultura, pero, al ser totalmente endogámicos desde hace más de mil años, creo que se puede hablar perfectamente de etnia- muy peculiar que sobrevive en Asturias. Hay quienes opinan que su origen es vikingo. Otros, en cambio, los atribuyen antepasados celtas. En realidad, ni ellos mismos lo saben. (View Highlight)
  • Fue Jovellanos quien definió a los habitantes de las brañas como “vaqueiros” porque vivían de la cría de ganado vacuno, y “de alzada” porque su asiento no era fijo, sino que cada primavera, allá por San Miguel, “alzaban” su morada y residencia para dirigirse a sus brañas en los prados altos de Somiedo y otros lugares. Para quienes lo desconozcan, aclaro que una braña viene a ser una aldea de casas muy singulares llamadas cabanas de teito, las edificaciones típicas que los vaqueiros astures han venido levantando tradicionalmente en los prados altos donde pasan el verano. Están hechas de piedra, sin ningún tipo de cemento, y tiene techos muy altos de escoba. Ahí, en un solo espacio, vivía en verano una familia completa, a menudo numerosa. Hay que añadir enseguida que algunas brañas se han convertido ya hoy en pequeñas aldeas donde algunos vaqueiros pasan todo el año. (View Highlight)
  • Acosados y rechazados secularmente por los lugareños, formaron una pequeña sociedad autónoma que les ha permitido llegar hasta nuestros días con su leyenda a cuestas. En su entorno, muchos les despreciaban como ocurría con los gitanos. Ellos dicen que los xaldos, pasiegos sedentarios que vivían en la parte plana de los valles, les envidiaban por su vida libre y sin ataduras y les criticaban por no pagar los diezmos (impuestos de la época). En realidad, los vaqueiros siempre han vivido en función de las necesidades de su ganado y al margen de quienes les rodeaban. Son trashumantes y endogámicos. Pasan los inviernos en la zona de Belmonte y suben en primavera a los valles altos de Somiedo con sus rebaños (View Highlight)
  • A los vaqueiros se les distingue por el apellido. Y por él se puede conocer también a sus descendientes, muchos de los cuales ignoran de donde provienen. Los más típicos son: Berdasco, Gayo, Cano, Feito, Garrido, Barrero, Parrondo, Freige…, entre otros. No sólo viven en Asturias, también hay algunos en el norte de León y en el oriente de Galicia. Y, por supuesto, muchísimos emigrados a América. (View Highlight)