Este cambio ya está en marcha. Los usuarios que suben contratos del banco o de la aseguradora a ChatGPT para entender qué van a firmar, los múltiples ejemplos de uso compartidos en redes preparando respuestas legales para reclamar algo o la consulta de qué requisitos tiene que cumplir un producto a comprar para no excederse en el gasto. (View Highlight)
Los negocios que se beneficiaban de esta asimetría de información pueden ver, en muchos casos, cómo se erosionan sus márgenes con clientes que aprovechan todo lo que realmente ofrecen, comparan y negocian precios y reclaman ante cláusulas abusivas que antes pasaban desapercibidas.
Yo sumaría otro aspecto en paralelismo con la red. En el viejo internet tenías que saber que necesitabas esa información, buscarla y procesarla. En el nuevo, el push de TikTok con su algoritmo promueve lo muy llamativo y lo que funciona con tu sociodemográfico, te lo pone delante. (View Highlight)
Con la inteligencia artificial estamos en ese proceso. Hoy por hoy tienes que pensar que necesitas la ayuda y saber cómo plantearla, escoger la herramienta adecuada, escribir el prompt. Con la próxima generación que anticipa Pulse de ChatGPT, esa IA sabrá lo suficiente de mí, de mis hábitos y necesidades, que podrá alertarme de ahorros, posibles ventajas y situaciones en las que contar con más información me ayude en lo personal y en lo financiero. Es uno de los casos de IA en lo personal en los que soy más optimista. (View Highlight)